Artículo
Loreley Atencio
Directora creativa
¿Les ha pasado en algún momento, que se les presenta una prueba y sienten que no están preparados? A mí, me ha pasado varias veces, y la partida de mi esposo fue la más grande de todas las pruebas y retos que hasta el día de hoy me ha tocado afrontar.
Cuando comenzó el proceso de su enfermedad, siempre mantuve la sensación de estar en un examen y lo expresé en ciertas publicaciones que hice en mi Instagram, desde el primer momento donde a pesar de estar enferma al igual que él, milagrosamente Dios me levantó y me sanó en cuestión de horas y algunas personas creerán que no es así, pero yo, que lo sentí y lo viví supe que lo que estaba pasando era que había llegado el día del examen.
Antes de continuar hazte esta pregunta ¿Qué es la vida? Sé que a esta pregunta habrá respuestas diferentes, pero también se que todas llevan a una misma gráfica “Es un gran salón de clases, en el que pasamos gran tiempo aprendiendo y preparándonos para la llegada de los exámenes, que nos harán pasar al siguiente nivel de estudio, o nos demostrarán que no estamos listos y debemos seguir en el proceso de aprendizaje”. Desde que comencé con la búsqueda de lo que verdaderamente quiere Dios para nosotros, pongo todas mis experiencias espirituales, bajo el lente del mundo real, eso significa que cada hecho lo grafico como una situación basada en el mundo real, como en este caso, que veo la vida como un salón de clases, como las pruebas creo que son un examen y como sé que, si yo soy capaz de dar a mi hijo cosas buenas, cuanto más puede darme Dios a mí. Hacer esto, es un ejercicio que recomiendo, para así poder entender un poco más la vida y así acercarnos al propósito por el cual estamos en este mundo.
Durante un poco más de dos años estuve en constante aprendizaje, en constante preparación y entendimiento de aspectos que son poco usuales y difíciles de entender para muchas personas, y se preguntarás ¿Por qué? Y es sencillo, por las costumbres y los parámetros sociales que han hecho que la humanidad viva de formas incorrectas. He pensado que si desde niños nos enseñaran cómo debe ser el mundo, en vez de como es, muchos problemas hoy no existirían, si nos hablaran de las realidades de la vida, como por ejemplo que la Muerte es parte de ella misma pasarían dos cosas, o muchos no traerían vida a este mundo por el simple hecho de no verlos morir, o dos, aprovecharíamos al máximo a cada ser especial de nuestra vida, entendiendo que no somos eternos, pero si somos seres capaces de amar, de levantarnos cada mañana con las ganas de ser felices y de regalar felicidad al que camina a nuestro lado, la única diferencia es nuestra programación social, y es difícil romper esas barreras llamadas: Ego, ira, miedos, que dirán, limitaciones, discapacidades, orgullo y dudas que nos empujan a una vida bastante alejada de la plenitud y el propósito de Dios, pero cuando nos centramos en aprender, en buscar en nuestro interior, en pedir sabiduría y entendimiento más allá de la visión de una religión, esas barreras poco a poco se irán rompiendo y aunque seas criticado o juzgado te iras alejando de cómo el mundo te dice que debes vivir y te iras acercando al cómo Dios quiere que vivas.
Ahora logro entender porqué Dios me mostró tantas cosas, porqué me corrigió en tantas ocasiones, porqué se aseguró de que aprendiera lo que hoy puedo ver de forma tan clara y que ha sido mi sostén y mi guía para este tiempo de mi vida.
No es sencillo, pero si estás dispuesto a entrar al salón de clases para aprender, recuerda que después de cada lapso vienen los exámenes y lo único que te garantiza el éxito, es que tanto te preparaste en el camino y que tanto estudiaste para ese día, eso si, nunca olvides que el maestro está en una esquina observándote y si en algún momento necesitas de su ayuda; allí estará, y no para darte la respuesta, si no, para sostenerte y darte pistas que te recuerden todo lo que aprendiste.